400 pequeñas y medianas empresas de toda España representativas del sector del libro independiente han conseguido consensuar una serie de medidas dirigidas a la Administración bajo el lema En defensa del libro. Persiguen la reactivación tanto de la producción como de la venta y paliar así las negativas consecuencias de la grave crisis provocada por la pandemia de la Covid-19. Al igual que otros sectores productivos, editoriales, librerías y distribuidoras se ven sumidas en la incertidumbre ante la paralización de la actividad empresarial derivada de la declaración del estado de alarma desde hace más de un mes. Muchas de estas empresas se ven abocadas al cierre si no revierte la situación.
Para enfrentar lo que consideran una crisis sin precedentes, con las librerías cerradas y la producción, distribución y exportación de libros paralizadas, creen indispensable que tanto el Estado como las autonomías y los municipios promuevan medidas específicas (fiscales, crediticias y subvenciones), con el calado suficiente como para atender las necesidades de los subsectores que componen el mundo del libro. Solo así podrán garantizar la supervivencia de un tejido empresarial en riesgo de colapso y evitar un daño irreversible para las finanzas de las industrias culturales que representan el 3,2% del PIB español y que, según datos de 2018, suponen 690.300 empleos directos. El sector editorial tiene un gran peso específico en ese contexto, siendo el mayor exportador de su producción.
Medidas
Algunas de las medidas que consideran imprescindibles para reactivar el mundo del libro pasan por recuperar las cifras de compras institucionales anteriores a 2010 para bibliotecas públicas y modificar la Ley de Contratos del Sector Público para propiciar adquisiciones por contrato menor desde las distintas administraciones públicas, sin excluir a pequeñas y medianas empresas, como ocurre hoy.
Acciones dirigidas al fomento de la lectura, creación de bonos canjeables por libros entre los jóvenes en librerías de proximidad, así como la dotación de partidas presupuestarias dirigidas a bibliotecas escolares y universitarias, completan el paquete de medidas.
Las 300 empresas adheridas a estas reivindicaciones manifiestan su voluntad de que, en la medida de lo posible, constituyan una oportunidad para España de acercarse a la media europea de inversión en cultura (que en la actualidad asciende a un 2%, frente a la media española, que es del 0,6%).
En otro orden de cosas, reclaman que la compra de libros para las bibliotecas escolares se canalice a través de las librerías y que se sancionen los incumplimientos de la Ley del Libro que prohíbe compras de centros educativos y bibliotecas con descuentos superiores al 15% a través de editoriales y distribuidoras. Finalmente, desean que se explore la posibilidad de exoneraciones específicas de impuestos estatales, comunitarios o municipales por un tiempo limitado a aquellas librerías con facturación anual menor de 250.000 euros que puedan verse gravemente afectadas por la crisis. Y también que se estudie la posibilidad de habilitar ayudas a fondo perdido para algunas editoriales y librerías que no puedan afrontar con éxito la salida de la crisis.
Algunas de estas medidas ya se están evaluando gracias a las gestiones de los gremios y cámaras del libro con los ministerios de Cultura y Hacienda, y con las comunidades autónomas. Pero los firmantes insisten en que se deben aplicar rápidamente para que sean eficaces de cara a conservar la diversidad de las pequeñas y medianas editoriales y librerías.
La diversidad editorial en peligro de extinción
Muchas de las editoriales independientes que reivindican medidas específicas para reactivar el sector cuentan con menos de diez empleados. Este es el denominador común del 85% de las empresas españolas dedicadas a la edición de libros. Estos sellos son los que proporcionan diversidad a la oferta literaria, reuniendo en sus catálogos propuestas arriesgadas y variadas que de otro modo no verían la luz. A la diversidad que aportan estos proyectos empresariales se suman las distribuidoras y librerías que son igualmente indispensables para enriquecer la oferta y llegar al público lector. La red de librerías independientes españolas es una de las más importantes de Europa, y destaca por su densidad y variedad, además de por su importante contribución a la vida cultural de las poblaciones donde están radicadas. Los editores, distribuidores y libreros firmantes son conscientes de que la situación que atraviesan afecta al conjunto de la ciudadanía. Por ello se comprometen a trabajar todos juntos por la recuperación del tejido editorial y librero, convencidos de que esa es la mejor contribución que pueden hacer a la sociedad.
Lee el manifiesto completo y las empresas firmantes aquí.